La Reserva Marina Galera-San Francisco está al sur de Esmeraldas; Galápagos es un conjunto de islas ubicadas a a 1.276 km de la provincia Verde.
La Reserva Marina Galera-San Francisco, en Esmeraldas y las Islas Galápagos está unidas por las aguas del Océano Pacífico. Galera, desde el 2008 es considerada como la primera reserva marina del Ecuador continental, mientras que, Galápagos creada por islotes de origen volcánico, es un Patrimonio de la Humanidad.
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La Reserva protege tres tipos de ecosistemas: marinos, costeros y de estuarios. Entre las especies que se encuentran están las tortugas marinas: baula, carey, verde y golfina, también tiene delfines manchado, hocico corto, nariz de botella o bufeo nadan en la Reserva y, entre junio y septiembre las ballenas jorobadas.
Luego de los 800 metros de profundidad ya no se logra divisar los rayos solares. En la Reserva Marina Galera-San Francisco donde 37 kilómetros de línea costera corresponden a playas de arena, está permitida la excursión de selva, campamento, paseo en canoa, natación, fotografía, buceo de superficie y de profundidad.
En el caso de Galápagos, algunas actividades están restringidas, debido a que se cuenta con especies endémicas y es parte del proceso de conservación. Entre especies originarias están las tortugas gigantes, las más grandes que aún habitan este planeta; cormorán de galápagos, pinzón, pingüino de galápagos, fragatas, piquero de patas azules y gavilán de galápagos.
7.000 especies que habitan en las Islas Galápagos. 28 pequeñas aves terrestres endémicas en las Islas Galápagos. Una tortuga puede caminar hasta 10 km en dos semanas.
La Universidad Hemisferios en colaboración con la Embajada de Estados Unidos, la Fundación Charles Darwin y la Universidad de Saint Thomas de Minnesota, juntaron en Galápagos a 30 periodistas para que sean parte del proyecto ‘Periodismo para la Conservación y Cuidado del Medioambiente’, se busca que los comunicadores sociales pongan en sus agendas los temas ambientales con enfoques no solo negativos.
La historia del gato en un Patrimonio
“¡Mira un gato!”, gritó sorprendida la turista de baja estatura.
-¿Dónde? preguntó alarmada su compañera de viaje.
-Se fue por esos palitos -de manzanillos- respondió e iniciaron una conversación que pocos esperan tener en una isla donde hablar de tortugas gigantes, pingüinos, iguanas, lobos marinos, focas y tiburones son los clásicos temas de los visitantes.
¿Cómo es posible que un gato genere tanto interés? Es justamente por eso, por ser un gato dentro de una zona protegida donde ellos y otros animales no tienen cabidas oficialmente. En la estación Científica Charles Darwin, en Galápagos, los llaman plaga, lo mismo le dicen a algunas plantas introducidas ilegalmente en el Patrimonio de la Humanidad descubierto en 1535 y que desde 1959 es la sede de la Fundación Charles Darwin que realiza investigaciones en pro de la conservación del lugar.
Una de las científicas de la Estación en una charla a periodistas llegados de la zona continental del Ecuador, les dijo que habían descubierto 30 nuevas especies. Su cara delataba el orgullo por los hallazgos.
Al tener la atención de lo comunicadores les solicitó que sí se enteran de que los de la estación están matando gatos, que tengan muy en cuenta el contexto antes de publicar sobre el tema. Entre las razones estaría la conversación de especies que llegaron muchos años atrás, que son endémicas y que podrían desaparecer, sino ejecutan ese tipo de acciones, por ejemplo.
Más de 2.000 dólares diarios necesitan en la Estación Charles Darwin para sus actividades que van desde alimentar animales, protegerlos, curarlos, analizar sus comportamientos, sumergirse en el mar con sus submarinos, entre otras actividades más complejas.
Algo parecido a lo que hizo Charles Darwin cuando demostró a través de un pájaro la evolución de las especies en las islas Galápagos, donde incluso los gatos buscan un lugar para vivir junto a bosques como el Manzanillo que rodea a la playa Tortura Bay, uno de los lugares más visitado de la isla Santa Cruz, donde la dinámica económica está basada -al igual que en las otras islas que forman el archipiélago- en la actividad turística donde el extranjero es quien predomina en los atractivos.
“Deja que el sonido de Galápagos sea tu única música”,
es el rótulo en español e inglés que le da la bienvenida a quien visita el bosque de Scalesia, donde existen 15 especies de escalesias, todas endémicas, que tienen altura de entre uno y 15 metros, árboles con ramas llenas de musgos que intentan tapar caprichosamente lo que parecer un cráter, arropado por el manto blanco del clima húmedo del lugar.
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