Luis Estupiñán Acosta, es uno de los fotógrafos pioneros de la provincia de Esmeraldas. Él es del grupo que tenía que enviar los rollos fotográficos desde Esmeraldas-Ecuador, hasta Panamá, y esperar entre 8 y 10 días el proceso de revelado y envío de las fotografías que había tomado en cumpleaños, bautizos, juramento de Bandera o en su estudio fotográfico donde realizaba las fotografías tipo carnet.
Ya son más de 40 años desde que empezó a colgarse sobre su cuello las cámaras. Al principio eran análogas, ahora digitales, por lo que ya no tiene que esperar días para el revelado, ya que le plantea dos opciones al cliente: entregarle la fotografía impresa en papel fotográfico o enviársela digitalmente para que el usuario la suba a sus redes sociales.
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‘Don Acosta’ como es conocido cariñosamente en la ciudad de Esmeraldas, recuerda la época cuando ser fotógrafo era una profesión de privilegio, al punto que, en ciertos actos públicos como juramentos de Bandera o elección de reinas de barrio, el acto no empezaba hasta que no llegara “el señor fotógrafo”. En la actualidad, los celulares con cámaras los están relegando a los artesanos de la fotografía. En el caso de Acosta, divide su tiempo entre la fotografía y el agro.
“Con mi trabajo de fotógrafo logré criar y educar a mis hijos”, lo comenta con orgullo, uno de los pocos fotógrafos de Esmeraldas que todavía revela las fotografías que son colocadas en el álbum casero.
Don Acosta es de la camada de fotógrafos de apellido: Segovia, Ríos, Guerrero, Velasco, Chicaiza, Espantoso, Jhonny Valverde entre otros.
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