En la provincia Verde, Esmeraldas, tienen un dialecto particular, suelen omitir la ‘s’ al final de las palabras.
Las provincias de Esmeraldas e Imbabura están conectadas en varios puntos: tienen asentamientos afro, comparten los límites fronterizos del norte del Ecuador, han sufrido los embates del racismo y la discriminación, pero, también comparten la génesis de sus apellidos.
Es normal encontrar en la ciudad de Esmeraldas o en el Valle del Chota a hombres o mujeres con los apellidos Cangá, Mina, Matamba o Carabalí. El desplazamiento forzado de sus antepasados desde África, en calidad de esclavos, hizo que, en el caso de Imbabura, hayan decenas de familias con apellidos como: Anangonó, Congo, Carabalí. Mientras que, en Esmeraldas, destacan los Quiñónez, Caicedo, Angulo, Tenorio, Cuero, Mina, Lastra, Valencia, Vernaza.
De acuerdo con datos del INEC y del Registro Civil, hasta el 2020 el apellido más común del Ecuador era Zambrano, seguido de Sánchez, Rodríguez y Vera. En la provincia de Esmeraldas, lo lideran los Quiñónez y, en Imbabura, Morales.
Los 10 apellidos más utilizados | |
Imbabura | Esmeraldas |
Morales | Quiñónez |
Flores | Zambrano |
Perugachi | Caicedo |
Sánchez | Valencia |
Farinango | Ortiz |
Anrango | Angulo |
Maldonado | García |
Torres | Rodríguez |
Andrade | Castillo |
López | Cedeño |
La versión afro
Para la investigadora cultural, Alexandra León, el que dentro de los 10 apellidos más comunes de Imbabura no aparezcan los Anangonó, Congo, Carabalí, Ogonaga, Minda, Mina, tiene una lógica histórica. Explica que estos apellidos suelen tener mayor presencia en asentamientos afro como en el Valle del Chota, y no en toda la provincia de Imbabura, conformada por seis cantones.
Enmarcada en la historicidad, precisa, que muchos afro se resistieron, desde lo genealógico de identidad, a asumir los apellidos heredados por sus esclavistas.
“Los apellidos para los esclavos se asignaban de acuerdo con el dueño de la hacienda, entonces decían, por ejemplo, Pepe de León, Juan de Espinoza…”,
detalla la imbaburena defensora de etnoeducación.
Un proceso similar ocurrió Esmeraldas. El gestor cultural Linver Nazareno, recuerda que un caso de ‘herencia’ de apellido ocurrió con el héroe del Ecuador, Alonso de Illescas, quien inicialmente se llamaba Enrique, pero tras se capturado, a los 10 años, como esclavo le impusieron el nombre de su mercader.
Junto a Illescas llegaron en un barco esclavista a la isla de Portete, cantón Muisne, provincia de Esmeraldas, 17 hombres y 6 mujeres, que venían en calidad de esclavos desde Panamá hacia Perú. “Todos esos nombres y apellidos deberíamos saberlo para conocer más de nuestra historia”, destaca el muisneño, quien ha compuesto más de 200 poesías y décimas heredadas por sus abuelos y se dedica a enseñarle a los niños y adolescentes de Muisne todo lo que aprendió de la negritud y la importancia de fortalecer el sentido de pertenencia.
Dialecto y más apellidos
En la provincia de Esmeraldas conformada por siete cantones también se encuentran apellidos como: Castillo, Arroyo, Bonilla, Vernaza, Zúñiga, González, Copete, Corozo, Estacio, Perlaza, Guagua, Klínger, Quintero, Micolta, Mancilla, Becerra, Cagua, Perea, Valverde, Martínez, Simisterra entre otros.
Una de las particularidades del esmeraldeño es su forma de hablar. Entre sus palabras comunes están: el “diga” o el “ve”. El término ‘diga’ era parte de la identidad de los esmeraldeños, y se usaba para asegurar o negar algo: ejemplo. Esmeraldas es chévere ¿Diga? El diga que originaba de “Dígame usted”; mientras que, el ve, expresado con énfasis significa cómo así. Roca es igual a dormir; calludo es difícil; pues es aguardiente; draga es comelón; bochinche equivale a chisme o bulla.