El equipo está liderado por Janner Quintero, quien afirma que su tema social está enfocado en ayudar a grupos vulnerables.
Imagínese que un niño le diga esto: “quiero ser como el resto de los niños, no tener que trabajar, sino que tener mis cuadernos”. Aquello le ocurrió a Janner Quintero, de 28 años nacido en el cantón San Lorenzo, al norte de Esmeraldas, Ecuador.
La frase nació en el contexto de una de las tantas donaciones que el joven sanlorenceño en unión de otros 16 amigos, han realizado a niños, niñas y adultos en situación vulnerable del fronterizo cantón, donde la pobreza está marcada.
Janner recuerda con mucha claridad cuando entregaron útiles escolares a niños en el recinto de San Antonio, a 5 minutos de San Lorenzo vía mar. En esa ocasión, junto a los útiles, donaron más de 30 botas de caucho a concheros de la zona, entre ellos aquel niño de la frase que lloraba de alegría al ver su nuevo calzado.
Le invitamos a mirar el vídeo de las ayudas de Janner y sus amigos.
Actualmente, Janner vive en Quito, y estudia en la Universidad Salesiana. Regresa a su ciudad natal, San Lorenzo, siempre que puede, llevando lo que logra recaudar en la capital para seguir cumpliendo su sueño de ayudar a los de su provincia.
“Las personas pensaban que éramos un partido político, les costaba entender que queríamos ayudar sin esperar nada a cambio”.
“Las personas quieren ayudar con comida, pero comemos hoy, ¿y mañana, qué hacemos?”, esta es la reflexión que llevó a Janner Quintero a fundar su proyecto “JQ sin olvidar tus raíces”.
Lo más complicado, dentro del proyecto, ha sido conseguir los recursos necesarios para ayudar a Esmeraldas. Sin embargo, los jóvenes detrás del proyecto logran encontrar la manera. “Muchas veces la ayuda llega desde personas que han vivido las mismas situaciones, o del mismo pueblo, que siempre está dispuesto a ayudar”.
Aunque el proyecto lleva sus iniciales, él nos recuerda, con mucha humildad, que es un trabajo colaborativo con 16 jóvenes más. “Nosotros buscamos mantener viva la cultura esmeraldeña que está en declive”, menciona. Él recuerda su infancia con un sonido muy claro, el de las maracas y los bombos que en conjunto forman la marimba.
Una de las primeras obras que realizaron, y que Janner recuerda con especial cariño por su amor por este género, fue el dotar a una agrupación de marimba con sus trajes típicos. “Esta música corre por nuestras venas, la escuchas y la mente empieza a vibrar”, dice Janner mientras sonríe recordando las melodías.
Para él, aunque la juventud esté muy interesada en aprender, y continuar desarrollando estas mágicas tradiciones, la falta de espacios está llevando a la cultura esmeraldeña al declive. En 2022, el Gobierno ecuatoriano destinó USD 19 millones para cultura a nivel nacional, uno de los porcentajes más bajos de la región según datos del Ministerio de Cultura recogidos por el Observatorio de Políticas y Economía de la Cultura.
Así podemos ayudarle
Dotar a Esmeraldas de espacios culturales, para Janner, va más allá del arte, es recordar un proceso de lucha histórico, y también podría significar un escape de la violencia para muchos jóvenes. “Si fomentamos el deporte, la música, y la literatura, los chicos no estarán tentados a caer en la delincuencia”, señaló.
Por esto, una de las herramientas que Janner considera más importantes para el correcto desarrollo de la provincia son los estudios, por lo que constantemente buscan donar útiles escolares a los niños de la zona. Recordemos que Esmeraldas es una de las provincias con mayor índice de analfabetismo del país, afectando al 8,20% de su población, según el INEC.
El proyecto busca constantemente donaciones, no de dinero, sino de útiles escolares. Por esto, Janner hace un pedido a las personas a donar cualquier tipo de herramienta que pueda ayudar a que los jóvenes de Esmeraldas continúen con sus estudios. “Esferos, lápices, hojas, todo nos sirve, lo que nos llega lo convertimos en kits de estudios y lo entregamos”. Para apoyar al proyecto pueden contactarse directamente con él, al número: 09 81 75 51 81, o mediante el Facebook del proyecto
Entró en depresión
Poco tiempo antes de la pandemia, Janner vivió una etapa muy dura, que casi le cuesta la vida. El polvo de Babahoyo, ciudad en la que estudiaba en aquel entonces, le generó una fuerte alergia que lo condujo a perder peso y pasar mucho tiempo enfermo en cama, haciendo que se vea obligado a pausar sus estudios, llevándolo a la depresión.
Tiempo después, junto a su familia, y apoyándose en su fe, logró superar este periodo, que sirvió como el motor para ayudar a su provincia Esmeraldas, con énfasis a quienes habitan en el cantón San Lorenzo.
Para lograr su objetivo, buscan brindar las herramientas necesarias al pueblo de la provincia Verde para su desarrollo y preservación cultural. “Dale a un hombre un pez y comerá un día, enséñale a pescar y comerá toda su vida”, esa es la frase en la que se basa el proyecto y que lo hace tan único.
Le puede interesar conocer el niño que sueña con ser Presidente.
Colaboración: Emilio López Schettini, estudiante de la Universidad San Francisco de Quito.